La incertidumbre -ese intangible que transforma la confianza en desconfianza y que inevitablemente tiene efectos directos en la economía- tuvo en 2021 su pico más elevado en la Argentina en los últimos diez años.
Esa es la conclusión surge de un nuevo informe elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA), que comenzó a medir este fenómeno con una base desde 2011. En la última década, el aumento de la incertidumbre fue de 59,6%.
El Índice de Incertidumbre Económica UCA, así se llama, “describe las opiniones económicas transmitidas por usuarios argentinos en la red social Twitter. La incertidumbre es un aspecto clave que impacta sobre las decisiones de consumo de las familias, la inversión por parte de empresas y las condiciones en los mercados financieros”, indicaron en la universidad.
“Es una gran oportunidad. Es como escuchar conversaciones de café todas al mismo tiempo”, contó a LA NACION, Daniel Aromí, encargado del proyecto, PhD Economics (Maryland) y director del Centro de Analítica Económica y Empresarial de la facultad de Ciencias Económicas de la UCA. “Nos ayuda a describir el estado de la economía”, afirmó.
“Nos sirve para extraer información importante, como información sobre el impacto de la macroeconomía y la percepción sobre el largo plazo”, indicó el especialista, que afirmó que hay sesgos vinculados a que no todas las personas usan Twitter, por lo que no es un censo, y a que en esa red social existen campañas organizadas.
“La evaluación cualitativa de los resultados apunta que este indicador provee información valiosa sobre la trayectoria de las opiniones económicas y sobre su vínculo con las cambiantes condiciones de la economía”, estimó la UCA en un informe al que accedió LA NACION y agregó: “Análisis formales complementarios confirman que el índice anticipa información sobre los niveles de actividad económica, la confianza del consumidor y los mercados de activos financieros”.
Sobre la metodología, se señaló que, en primer lugar -para identificar mensajes sobre economía- se usa un modelo de detección de temas para construir una lista de palabras clave. De esta forma, se parte de una colección inicial de 210 millones de mensajes para el período 2011-2022 y se seleccionan 7 millones de mensajes económicos.
En segundo lugar, se estima un modelo de representación vectorial de palabras. A partir de estadísticas de co-ocurrencia, este modelo permite identificar las 100 palabras más cercanas a “incertidumbre” (inestabilidad, crisis, desconfianza, angustia, recesión, desesperación, temor y volatilidad). Finalmente, el índice reporta para un período de tiempo especificado la frecuencia de las palabras asociadas a incertidumbre por cada 10.000 palabras en los mensajes económicos.
Los resultados
“Adoptando una perspectiva de largo plazo, el índice brinda una representación inquietante de la trayectoria de la economía durante los últimos años”, concluyó el primer informe. “El valor del índice en 2011 fue 28,8. Es decir, de cada 10.000 palabras, 28,8 estuvieron asociadas a incertidumbre. Luego de transitar una trayectoria con tendencia ascendente, en 2021, el valor del indicador fue 45,9. Es decir, se produjo un aumento de un 59,6%”, indicó.
“Entre 2011 y 2018, el índice muestra evidentes oscilaciones. Este patrón está asociado a la ‘maldición de los años pares’. Esta es la manera en que se denominó al patrón de años eleccionarios (impares) relativamente benévolo seguidos por años pares en los que se experimentaba un empeoramiento en las condiciones económicas”, agregaron.
“Estamos en un régimen de inestabilidad que lleva a una incertidumbre intensa”, explicó Aromí, que señaló que, en los últimos años, cuando salía el dato oficial de inflación se registraba un alza de la incertidumbre que persistía por días. De hecho, el experto afirmó que, tras la salida del IPC, el martes pasado, la incertidumbre se elevó.
Al observar los picos mensuales de incertidumbre, la mayor alza se registra en agosto de 2019, tras las PASO que ganó Alberto Fernández en medio de la elevada volatilidad económica que se registraba en la gestión de Cambiemos. Sin embargo, más adelante se registraron ruidos en el arranque de la pandemia en 2020, un rebrote de los precios a comienzos de 2021 y cierto nerviosismo registrado en enero pasado en medio de las idas y vueltas -y las internas oficiales- del Gobierno a la hora de cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ese último pico se aplacó, pese a que, en los últimos días -afirmó Aromí- renació de la mano de salto de los precios en febrero y marzo.
Francisco Jueguen