Alberto Fernández prorrogó el mandato por seis años de Miguel Pesce al frente del Banco Central, un sobreviviente de tres gestiones en el área económica que, sin estridencias, administra la escasez de dólares de un estado argentino que tiene cortado el crédito externo.
Pesce, radical de origen, pero nombrado vicepresidente del Central en tiempos de Cristina Kirchner presidenta, viene piloteando la crisis cambiaria y la cíclica embestida en su contra de la actual vicepresidenta así como sobrellevando cierto recelo del ministro Sergio Massa.
Los dos hombres clave y de confianza de Massa en el directorio del Central, Lisandro Cleri (viene de manejar el Fondo de Garantía de la ANSeS) y Pablo Carreras Mayer (especialista en temas presupuestarios) son expertos en finanzas y partidarios, al decir de sus amigos, de "hacer alargar los cepos hasta el infinito".
Massa, Pesce, Cleri y Carreras Mayer coinciden en negar toda posibilidad de una devaluación al punto que se escucha en los pasillos del Central una humorada: "antes de devaluar vamos a vender hasta los cuadros del museo".
La consigna es clara pero la realidad no siempre lo permite, aunque el dólar soja y la liquidación de 9 millones de toneladas este mes permitieron consolidar exportaciones por US$ 5.000 millones que fortalecieron las reservas del Banco Central en un mes que apuntaba a la sequía de divisas.
En ese punto el ministro demostró pragmatismo frente a la necesidad. Arrancó diciendo que no iba a devaluar, pero aumentó 40% el dólar soja y favoreció la liquidación de divisas. Una pregunta insistente en el mercado es ¿se termina indefectiblemente el dólar soja a fin de septiembre después del buen resultado para el Central?
Una respuesta anticipada es que el trípode Pesce, Cleri, Carreras Mayer avalaron la decisión de prohibirle comprar dólares en el mercado libre (MEP, contado con liquidación) a los que habían liquidado exportaciones al dólar soja.
En la lógica oficial comprar dólares MEP habiendo recibido pesos a razón de $ 200 por dólar constituye una "avivada". ¿Qué esperaban que hicieran?
Una respuesta posible que da el gobierno es comprar bonos en pesos atados al dolar linked para cubrirse de una posible devaluación, pero son los propios funcionarios los que juran que no devaluarán. Además, está el tema de la emisión.
Entre la emisión para comprar en dólar soja y el impacto de la suba de la tasa de interés (está en 75% anual la de referencia) sobre la deuda cuasi-fiscal va creciendo la montaña de pesos que acumula el Banco Central.
Sólo un dato: los pasivos monetarios (Leliqs y operaciones de pase con los bancos) que representaban $ 7 billones el 2 de septiembre, ahora rondan los $ 8,3 billones y sin un dique de contención a la vista. Es un taxi que no para y crece a razón de 6,25% por mes.
Frente a eso hay un tema en el que Pesce viene batallando desde los tiempos de Martin Guzmán, pidiendo que sea el Tesoro el que aumente su captación de fondos en el mercado con la idea de formar un mercado de pesos que actúe como alternativa frente a los dólares.
En ese sentido, el ministro Massa les dijo el jueves a los industriales de la UIA que la primera etapa de su gestión es tratar de estabilizar la economía (habría consultado a Domingo Cavallo sobre si sería necesario que devaluar y el ex ministro le respondió con un "no" rotundo por el impacto inflacionario) y para eso falta bastante.
Entre el fin del dólar soja, el recorte de la posibilidad de gastar en las compras on line con el exterior, la inminencia de encarecer aún más el dólar turista con foco en el dólar Qatar, la tasa de 75% para los depósitos de menos de $ 10 millones, una ayuda para los bancos remunerándoles una porción de los encajes de billeteras virtuales, la montaña de pesos en Leliq (el Central termina siendo el gran tomador de pesos del mercado) se forma el gran cepo argentino con centro en evitar la salida de cualquier dólar de las reservas para enfrentar dos meses de escasez.
El problema es que la brecha cambiaria sigue arriba de 100% y el viernes negro de derrumbe mundial de mercados por la suba de la tasa de interés en EE.UU. y el fortalecimiento del dólar a nivel mundial seguirá poniendo a prueba al Central de Pesce.
Daniel Fernández Canedo