Jorge Enríquez

 

Se ha originado en estos días una fuerte polémica entre el Presidente de la República, su Jefe de Gabinete, otras altas autoridades nacionales, sectores sociales y algunos condenados por la justicia en torno a si hay o no presos políticos en nuestro país.

 

La tragedia de Villa Gesell ha conmovido profundamente a la sociedad argentina. En los últimos días, los canales de noticias casi se dedican en exclusividad a este tema. Abundan las explicaciones y se adjudican con gran velocidad culpabilidades.

 

La coparticipación que recibe la Ciudad es injusta e inequitativa, pero en su perjuicio. Todo lo contrario, a lo que considera el gobierno nacional.

 

En la Argentina, la excepción es la regla. Una nueva ley de emergencia acaba de ser sancionada, en el mes de diciembre pasado por el Congreso de la Nación. Una ley que contiene en verdad varias emergencias. Hasta de emergencia fue su trámite, que pese a la importancia de la norma que se consideraba, pasó con la velocidad del rayo por ambas cámaras, sin la posibilidad de que los legisladores la pudieran discutir con seriedad.

 

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, luego de su discurso de asunción en diciembre pasado, en el que les pidió a sus funcionarios que fueran militantes, designó a dos funcionarios procesados: el ministro de Salud, Daniel Gollán, y el Director Ejecutivo de la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires, Cristian Girard.

 

Se cumple este viernes el primer mes del mandato presidencial de Alberto Fernández. Un lapso corto como para extraer conclusiones categóricas sobre su gobierno, pero que permite señalar algunas características preliminares.

 

“Lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras: los astros y los hombres vuelven cíclicamente”.

 

 

El discurso del presidente Fernández planteó en su inicio la necesidad de superar las grietas entre los argentinos y de apuntar a una unidad sin uniformidad, en lo que no puedo estar más de acuerdo.

 

 

Uno de los grandes males de la Argentina ha sido la dificultad para concederle legitimidad al adversario. En particular, este defecto se intensifica en los gobiernos populistas. Como se consideran a sí mismos la encarnación del pueblo, la patria o la Nación, es natural que estimen que quienes se les oponen son el antipueblo, apátridas, cipayos, para usar solo algunos de los calificativos con que suelen denostarlos.

 

 

¿Es admisible que un político condenado por delitos de corrupción sea candidato a un cargo electivo? Para cualquier persona con sentido común esa idea sería absurda. Sin embargo, actualmente nuestras leyes tienen una laguna en este aspecto y los tribunales carecen, por lo tanto, de referencias claras para fallar.

 

 

En medio de una América Latina convulsionada -en la que la Argentina, pese a sus dificultades económicas, atraviesa afortunadamente una transición pacífica y encarrilada por las vías institucionales-, los sucesos de Bolivia son muy preocupantes.

 

 

Aún con un formato que los transforma más en una serie de exposiciones individuales que en un intercambio de ideas y propuestas, los debates presidenciales han revelado que son útiles para la ciudadanía.

 

 

En su filosofía esencialmente liberal, la Constitución Nacional previó en su artículo 18 una serie de garantías que pertenecen a todos los habitantes de la Nación. Entre ellas aparece una que se relaciona directamente con los procesos que se siguen contra ellos: "Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo.".

 

 

El kirchnerismo apostó a una imagen moderada para sumar muchos votos en las primarias. Escondió a su jefa política y nos presentó a un Alberto Fernández que rechaza las posiciones extremas. El relato exigía algunos retoques a la verdad histórica, pero como no se trataba de un líder político que la mayoría de la sociedad tuviera presente, pudo pasar como un dirigente nuevo, destinado a refrescar la política.

 

 

En su reciente viaje a Europa, el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, se reunió con el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, y sugirió que le interesaba aplicar un modelo como el que le permitió a ese país superar la severa crisis económica que padeció hace unos años.

 

 

La deliberación no debería ser, en el siglo XXI, una mera posibilidad de la democracia, sino uno de sus elementos esenciales.

 

 

Para quienes somos demócratas, cuando el pueblo se pronuncia el deber es no solo respetarlo sino también escucharlo muy atentamente.

 

 

El kirchnerismo fue tan entusiasta en difundir que ganaría ampliamente en las PASO que, a medida que se acerca la fecha y todo indica que ello no va a ocurrir, entró en pánico.

 

 

Se cumplieron 25 años del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires el 18 de julio de 1994, mediante un coche bomba. Se trató del mayor ataque terrorista ocurrido en la Argentina, con un saldo de 85 personas muertas y 300 heridas.

 

 

De ambos lados de la grieta se predica que debe terminar la grieta. Un observador neutral, que recién llegara a la Argentina, podría conjeturar entonces que no hay tal grieta o que esta es artificial, o solo un recurso publicitario de campaña para polarizar la elección.

 

 

La decisión de Mauricio Macri de invitar a Miguel Ángel Pichetto a ser su compañero de fórmula lo vuelve a exhibir como un estadista que sabe leer las grandes tendencias de la Argentina y el mundo.

 

 

El Gobierno nacional está planteando un acuerdo con las agrupaciones políticas y los diversos sectores de la vida económica y social en torno a diez puntos.

 

 

De nuevo, la cantilena de todos los años: el paro, las marchas, las consignas vacías.

 

 

El presidente Mauricio Macri dictó hace pocos días el decreto 259/19, que impide a las agrupaciones políticas el uso de las boletas colectoras, aquellas en las que uno o varios candidatos de un partido político, además de serlo por dicho partido, también lo son por otras agrupaciones políticas, de modo que su candidatura aparece promovida por boletas de diversas fuerzas políticas.

 

 

Se puede discutir cuáles son las características que debe tener un juez.

 

 

El Gobierno nacional presentó el proyecto de régimen penal juvenil, que fue elaborado en el ámbito del Ministerio de Justicia. Expusieron los lineamientos fundamentales de la iniciativa el ministro del área, Germán Garavano, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

 

 

El tema de la inseguridad es una de las principales preocupaciones de los argentinos. Los gobiernos kirchneristas se pasaron más de diez años subestimando esa demanda social, negando la gravedad del asunto o suponiendo que se trataba de inquietudes de la derecha.

 

 

Hay que usar las palabras con propiedad. Una de las herramientas de los populismos latinoamericanos ha sido invertirles el sentido. Juan Guaidó no dio ningún golpe de Estado.

 

 

La corrupción en una escala casi inédita a nivel mundial como la que está siendo investigada en la Argentina nos obliga a innovar con herramientas jurídicas útiles y ágiles que permitan dar una eficaz respuesta a las demandas de una sociedad asqueada por el monumental saqueo sistemático que tuvo lugar durante los doce años de kirchnerismo.

 

 

A tres años del inicio del Gobierno de Cambiemos, cabe hacer un breve balance de su gestión. Cambiemos llegó al poder luego de un largo ciclo de deterioro de la Argentina en todos los campos, pese a las extraordinariamente favorables condiciones que el contexto mundial determinaba a partir de mediados de 2002.

 

 

Celebrar los 40 años de la Constitución española no es un mero ejercicio de la nostalgia. Es, sobre todo, reflexionar sobre las transiciones políticas y sobre el valor del consenso, que es la clave de la democracia. Por eso, ese recuerdo no solo tiene que ver con la historia, sino con la actualidad.

 

 

La escena se hizo familiar en los últimos años: en manifestaciones agresivas, generalmente de minúsculos partidos de izquierda o en autodenominados "movimientos sociales", la policía solo atina a cubrirse ante la andanada de piedrazos.

 

 

El G20 ha sido una extraordinaria oportunidad para nuestro país de de profundizar sus vínculos con los países de mayor desarrollo económico del mundo. No hay que esperar resultados mágicos de esta cumbre, como de ninguna. Lo trascendente son los diálogos cara a cara de los principales líderes. En nuestro caso, es una ocasión que no desperdiciamos.

 

 

La famosa frase de Marx, en El 18 Brumario de Luis Bonaparte, en la que al recordar una idea de Hegel expresa que la historia se repite dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa, tuvo ocasión de ser verificada en estos días en torno a la figura del coronel Ramón Falcón.

 

 

Las elecciones de medio término en los Estados Unidos no parecen haber alterado sustancialmente el escenario político de ese país. Si bien ambos partidos se proclamaron vencedores, no existen razones para una exagerada algarabía en ninguno de ellos. Los demócratas recuperaron el control de la Cámara de Representantes y los republicanos mantuvieron su mayoría en el Senado.

 

 

El día de la sesión especial de la Cámara de Diputados que aprobó el proyecto de presupuesto hubo incidentes fuera y dentro del Congreso.

 

 

Un fiscal, en el marco de una causa penal, solicitó que se dictara la prisión preventiva de Pablo Moyano. El juez, días después, la denegó. Entre ambos hechos el clan Moyano llamó a una suerte de rebelión civil. Se obtuvo la solidaridad de la CGT y se organizaba una gran manifestación para recibir al imputado en Ezeiza, cuando regresara de un viaje al exterior.

 

 

Daniel Scioli salió de su prolongado mutismo mediante una nota publicada en Infobae que se titula "Hay otro camino: hacerlo mejor". En esa pieza de neto cuño scioliano, es decir, de enunciación de vaguedades, nos describe lo que haría si gobernara. Mejor dicho, nos plantea un mundo feliz, sin siquiera dar una mísera pista de los medios que emplearía para lograr esa visión utópica.

 

 

El ex secretario de Comercio de Interior, el nefasto Guillermo Moreno, le pidió a la directora del FMI que no le adelante fondos a la Argentina. Quien alardea de su rancio nacionalismo no tuvo el menor empacho en atentar contra los intereses de la nación.

 

 

La historia argentina podría dividirse muy esquemáticamente en tres grandes períodos: 1) el de la independencia y las luchas civiles, que comienza a superarse a partir de 1862, pero en verdad se extiende hasta 1880, cuando logra consolidarse el gobierno federal; 2) la Organización Nacional, que trae aparejado un crecimiento económico y demográfico espectacular, y con ellos una vasta clase media educada y de movilidad ascendente, que transcurre hasta mediados del siglo XX; y 3) la etapa que podríamos denominar del "milagro argentino", que desde entonces exhibe la incomprensible decadencia de un país que en las primeras décadas del siglo XX había llegado a tener uno de los PBI per cápita más altos del mundo.

 

 

Los denominados privilegios parlamentarios son, con distinto alcance, comunes en el derecho constitucional comparado. Se entiende que están destinados a garantizar el más libre y pleno ejercicio de la representación política.

 

 

Como se preveía, el Senado rechazó totalmente el proyecto de legalización del aborto aprobado por la Cámara de Diputados. Una clara mayoría le puso punto final a una iniciativa que no solo despenalizaba en forma muy amplia el aborto, sino que creaba un derecho a abortar, que podía en los hechos ser ejercido a lo largo de todo el embarazo y que les negaba la objeción de conciencia a los institutos asistenciales.

 

 

Diversos proyectos de la oposición tienen un curioso propósito: que una ley derogue un decreto reglamentario. Los decretos reglamentarios, a diferencia de los decretos de necesidad y urgencia, de los decretos delegados y de los decretos de promulgación parcial de leyes, constituyen una atribución exclusiva del Presidente de la Nación, conforme al artículo 99, inciso 2º de la Constitución Nacional.

 

 

Hay un grupo de actores que ha asumido la tarea de resistir el avance del mal en nuestro país. El gremio que los agrupa y avala oficialmente es la Asociación Argentina de Actores (AAA).

 

 

Se votará el día de mañana en la Cámara de Diputados el proyecto que pretende legalizar el aborto. El debate, como todos, es en sí mismo saludable, porque en una sociedad democrática y abierta todos los temas deben discutirse a la luz del día, con argumentos referidos a las cuestiones planteadas y sin descalificaciones ad hominem.

 

 

En estos días se cumplen 50 años de un célebre episodio histórico, el Mayo francés, que consistió en un movimiento contestatario de origen estudiantil, pero que se extendió a otras capas de la sociedad, como la gremial.

 

 

La Argentina no está atravesando una crisis, sino uno de esos temblores que son recurrentes en su historia económica. En otros países, una devaluación de su moneda, salvo que tenga una dimensión mayúscula, es un tema que solo interesa a los operadores del mercado, a los financistas y a las grandes empresas. En nuestro país, es un sacudón para toda la sociedad.

 

 

El derecho a la vida es el más eminente de los derechos humanos y está garantizado por la Constitución

 

Insólitamente los bloques opositores de la Cámara de Diputados se abroquelaron apoyando una serie de proyectos que podrían reunirse bajo el nombre de "estatuto del populismo argentino".

 

 

De acuerdo a los últimos datos aportados por el INDEC, a fines de 2017 la pobreza alcanzaba al 25,7% de los argentinos (11,3 millones de personas), y la indigencia al 4,8% (2,1 millones).

 

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