Alcadio Oña
Frente a un gasto público histórico, hay fallas en la conducción, ineficiencia, falta de planes y una estructura administrativa muy politizada y poco profesional.
Los últimos indicadores económicos y sociales son los peores en años y la muestra de una decadencia que en muchos sentidos se agudiza.
El Gobierno sigue confiando en sus propias proyecciones, bien lejanas de las del mercado. Y el plan de vacunación muestra serias inconsistencias, que exceden por mucho el escándalo del “vacunatorio VIP”
El Gobierno congela tarifas y mete controles por todas partes, pero los índices clave pasan de largo el 30, el 50 y hasta el 60% anual. Esto se llama ajuste, y de los peores.
El Gobierno va y viene, con decisiones y argumentos desordenados y sin que se sepa dónde quiere ir. Mientras, la economía se hunde, y tanto que si no hay un viraje fuerte los datos anticipan que crecería 0, nada, durante la gestión de Fernández.
El cepo a las exportaciones de maíz lleva el sello del ex secretario de Comercio, igual que el comentario de Fernández sobre la carne. En 2008, pleno conflicto por la 125, Moreno frenó un acuerdo que piloteaba el actual Presidente
Los datos socio económicos son terribles y las señales que da el Gobierno no parecen apuntar a mejorarlos. Es el escenario en el que se desarrolla la cada vez más abierta disputa entre el Presidente y quien lo eligió para ocupar ese cargo.
En una economía parecida a una montaña rusa, donde el desempleo real ronda el 25%, la inversión cae a pique y el capital productivo que se gasta no se repone.
Los datos que maneja el propio Gobierno hablan de la profundidad de la recesión que atraviesa la actividad económica. Y las dificultades para dejarla atrás.
Entre enero y septiembre, la Provincia ya recibió $ 126.300 millones de la Nación por fuera del Presupuesto y de la coparticipación. Salen de las llamadas transferencias discrecionales y se suman a los $ 50.000 millones que se le sacan a la Ciudad Autónoma.
Entre enero y septiembre, la Provincia ya recibió $ 126.300 millones de la Nación por fuera del Presupuesto y de la coparticipación. Salen de las llamadas transferencias discrecionales y se suman a los $ 50.000 millones que se le sacan a la Ciudad Autónoma.
Según surge de los datos que el INDEC acaba de difundir, el PBI y el consumo están en niveles pre 2006 y la inversión no llega ni a los de 2004. Lo mismo pasa con la industria, la construcción y varias actividades más.
El Gobierno no logra encontrar la manera de recrear la confianza para que las empresas se decidan a invertir en el sector productivo.
El Gobierno hace comparaciones que no siempre lo dejan bien parado con la gestión anterior. Empleo, actividad e inversión, muy afectados por la crisis.
El Gobierno no encuentra la fórmula para calmar el mercado cambiario y achicar la brecha. Especulaciones sobre el futuro del cepo. Impacto en el sistema productivo.
El impacto de la pandemia sobre el mercado laboral fue fuertísimo en el sector privado. Pero en el Estado se crearon más de 22.000 nuevos puestos.
El método para administrar la economía en medio de la crisis no hace más que acrecentar la sensación de incertidumbre.
Las variables económicas aceleraron su caída. Pero por ahora no se vislumbra las medidas que aplicará el Gobierno para revertir el desplome.
El Gobierno otra vez muestra datos de una manera que busca impedir ver la realidad de lo que está pasando con la economía.
Crecen el empleo informal, se contrae aún más el poder adquisitivo y la facturación en diversos rubros de la producción y los servicios se desplomó más del 60% en relación a un año atrás.
Las cifras de la AFIP y también de los gravámenes provinciales muestran una caída significativa.
Kicillof anunció que no se puede volver a la normalidad anterior a la pandemia. La diputada Vallejos lanzó un proyecto al estilo “vamos por todo”.
Va de los autos a los electrodomésticos y a las motos; del consumo de leche y carne al cemento y a las escrituras. La lista marca caídas históricas.
Especialistas con acceso a la Rosada y contactos con los bonistas hablan de un duro enfrentamiento.
Paro del campo, agujero fiscal, cortocircuitos con el FMI y los bonistas, recesión. El Gobierno acumula problemas.
Los datos del INDEC y la realidad hablan de una herencia gravosa. Deberá enfrentarla el Gobierno, con un plan que no sale y parece aguardar al FMI.
Pese al dólar alto y a ser un motor de la economía y una gran fuente de divisas, las ventas al exterior sólo suben 5,4%. Evidente: algo falla.
Torea a los bonistas y a la vez dice que no puede pagarles. Amenaza con el default, amparado por alguien que pesa en la Rosada. ¿Así se resuelve el problema de la deuda?
El fantasma del atraso cambiario y las tarifas ya dibujan un problema serio para el Gobierno. La inflación acosa y pide un plan que la ponga en caja
Queda claro en el reparto del impuestazo: refuerza el poder de Fernández y aprieta a las provincias. Y los gobernadores, sin caja, peregrinan hacia la Rosada en busca de plata.
La escasez de anuncios concretos, cuando todo el mundo los espera, marcó el arranque del ministro. Poco y de apuro sonó lo que dijo de la economía y la deuda.
Según cálculos privados, entre dos generarían un agujero de US$ 5.300 millones sólo en este año. Pesan la recesión y las altas tasas de interés.
La entidad gastó alrededor de US$ 2.000 millones en cuatro días para contener al dólar.
Los errores del Fondo Monetario Internacional y lo que se viene.
Las estadísticas del INDEC pueden resultar aburridas, pero tienen la ventaja de aproximarse bastante a la percepción de la gente.
En América latina el crédito privado es cuatro veces mayor al de la Argentina que, además, es carísimo. Mientras, la inversión sigue parada.
Prácticamente, ninguna a favor.
¿La corrida cambiaria quedó atrás?
El superátivo del balance comercial energético entre octubre y noviembre fue de u$ 211 millones.
El gasto público es la gran apuesta de Mauricio, como fue la de Cristina en 2015. Una prueba está en las cifras.