Enrique Szewach
La ingeniería financiera no evita la emisión del Banco Central, ni hace llover - Por Enrique Szewach
No se anunció ajuste fiscal, sino más emisión monetaria disfrazada; y en el mercado de cambios, lo resuelto hasta aquí tiene gusto a poco
El Gobierno tiene poco margen de maniobra. Ante la falta de “anclas”, la única contención de la inflación surgirá de la recesión
Tras el nuevo canje, en cada vencimiento de deuda habrá una parte que se renueve a más largo plazo con “premios”, otra parte a muy corto plazo, y lo restante se cancelará con emisión, presionando sobre la brecha y la tasa de inflación
El régimen previsional actual se ha vuelto no solo insostenible sino también inequitativo
Con menos ingresos genuinos, menor nivel de actividad y más presión sobre el gasto en un año electoral, hará falta más impuesto inflacionario
Contener los precios de manera permanente va a exigir otra política fiscal, otra política monetaria, otra política cambiaria y un verdadero cambio organizacional que le devuelva el protagonismo al sector privado
La política de endeudamiento público debe ser evaluada como parte de un todo. Para evitar un deterioro aún mayor de la situación económica, haría falta un acuerdo de transición entre el oficialismo y la oposición
En plena carrera electoral, el éxito para el Gobierno será poder demorar el necesario ajuste fiscal y cambiario
Resulta alentador que el presidente Lula haya apoyado la posición de apertura del Uruguay y esté dispuesto a cerrar, finalmente, el acuerdo entre la Unión Europea y nuestro mercado común
La perspectiva de un mercado desequilibrado en pesos y desequilibrado en dólares se suma a la habitual mayor demanda de dólares de cobertura en un año electoral
Comienza un año electoral clave en lo estructural y desanclado en la coyuntura - Por Enrique Szewach
El Gobierno eligió varias “anclas” para bajar la inflación 1 punto cada 75 días. Sin embargo, todas se muestran bastante débiles para cumplir con el ambicioso objetivo planteado
La mejora en la evolución de los precios se concentra en el rubro alimentos, en particular la carne. Sin embargo, las expectativas de inflación para el 2023 se ven poco influidas por este dato
En otra escala, y casi seguramente con menos obscenidad, es probable que haya otros “casitos” similares sucediendo en este momento en distintas jurisdicciones. Hacer más eficiente y transparente la administración de los fondos públicos es parte no menor de la política de estabilización y crecimiento
Dado que el año que viene no habrá una suba sustancial de exportaciones, ni ingreso de capitales genuinos, ni menor emisión, ni aumento de la demanda de dinero, el régimen cambiario actual se mantendrá. Incluso podría empeorar
El Gobierno ha diseñado un “plan antiinflacionario” sólo mirando los aspectos no monetarios del aumento generalizado de precios, mientras agrava los monetarios. Esta inconsistencia, sumada a la distorsión de precios relativos, puede durar un tiempo, pero a costa de más inflación futura
El precio del dólar en todas sus variantes dio un salto durante la última semana. Tal vez fueron las declaraciones del viceministro Rubinstein o el acto opositor que protagonizó el oficialismo, lo cierto es que algo “coordinó expectativas”
Un acuerdo de precios y salarios puede funcionar siempre y cuando sea un complemento -y nunca como sustituto- de un plan antiinflacionario
Hasta el momento, la ortodoxia del FMI resulta insuficiente y la heterodoxia kirchnerista, sin dólares ni posibilidad de emitir pesos que no se vuelquen a mayor inflación, no es efectiva
Las elecciones primarias son el mejor predictor del resultado de las generales y funcionan como coordinadoras de expectativas. Dependiendo del contexto, pueden estabilizar o desestabilizar la economía
Las medidas del Gobierno siguen a merced de presiones políticas, sectoriales y electorales, mientras se trata de mantener con vida al acuerdo con el FMI, que algunos han dado por caído
Hay un precio del dólar oficial atrasado, compensado con diferentes impuestos y restricciones. Y un dólar libre, “adelantado” producto de esas mismas restricciones
El Gobierno parece haber dado por terminado el período de acumulación de reservas, para descansar en los ingresos de dólares provenientes de los organismos multilaterales, ajustar el torniquete a las importaciones, y dedicar los próximos meses a gastar con cuentagotas las divisas acumuladas
Una parte de la coalición oficialista considera que la tasa de inflación se baja a “garrotazos” contra los formadores de precios, mientras otra opina que se requiere un programa que reproduzca las condiciones “exitosas” del primer kirchnerismo
Los problemas macroeconómicos de la Argentina siguen siendo casi los mismos, pero ahora el Gobierno ya no podrá implementar las mismas políticas económicas
Los intentos del Gobierno para ordenar los precios de forma gradual, en este contexto de alta inflación, puede terminar generando una aceleración aún más pronunciada de los mismos
El visto bueno del organismo es condición necesaria para los préstamos del BID, del Banco Mundial y la renegociación pendiente con el Club de París
Si el intento de magnicidio tuviera como consecuencia un aumento de la popularidad de la Vicepresidenta, podríamos explorar la hipótesis de una radicalización de las ideas económicas del oficialismo
El ajuste anunciado hasta el momento luce insuficiente dado el desequilibrio original y “obliga” a mantener una tasa de inflación alta para aumentar la recaudación
Finalmente, el kirchnerismo tuvo que reconocer que se ha vuelto insostenible seguir financiando los costos de los servicios públicos con impuestos generales, deuda, e inflación
Las medidas anunciadas hasta ahora actúan para frenar el descontrol monetario y estabilizar la brecha, y juegan a favor de evitar una aceleración de la suba de precios. Sin embargo, tanto la reducción de los subsidios económicos como la dificultad del BCRA para ganar reservas operan en sentido contrario
El Gobierno encara un intento de ordenamiento fiscal en la buena senda de la reducción de subsidios, pero insuficiente. Así buscará reencauzar el acuerdo con el FMI y evitar una espiralización mayor de la tasa de inflación
Si el Frente de Todos tiene alguna aspiración electoral, o quiere evitar una verdadera debacle, tendrá que encarar rápidamente un programa que controle el gasto y la emisión para tener algún margen de maniobra el próximo año
Los datos del mes pasado reflejan una situación que ya no existe, sino que se agravó con las últimas medidas del Gobierno
Lo preocupante no es sólo la insuficiencia aparente de las medidas -sin números resulta difícil sacar conclusiones rotundas-, sino por la imagen que se da de subestimar los problemas
La macroeconomía argentina ha entrado en una peligrosa dinámica derivada de la acumulación de un desorden fiscal y monetario
El kirchnerismo duro considera que el camino de la estabilización a través del acuerdo con el FMI lo conducirá a una derrota electoral el año próximo. Con ese diagnóstico, el riesgo de “profundización” del desastre actual no es menor
El kirchnerismo duro debe resignarse a un mayor ajuste fiscal, o embarcar al Gobierno en un peligroso camino de mayor impuesto inflacionario, mayor cepo, recesión, mayor brecha, y cada vez menos reservas
La alternancia entre ajuste y expansión del gasto genera incertidumbre. Ante el panorama actual, es difícil pensar un escenario “tranquilo” de corto plazo
Sin un mayor ajuste fiscal, nos enfrentamos a un escenario de emisión, colocación compulsiva de deuda entre inversores institucionales, más restricciones al acceso al mercado oficial de cambios, y más presiones inflacionarias
Mientras la interna del Gobierno se refleja en el ir y venir de anuncios inconsistentes, las expectativas de inflación siguen sin encontrar otro freno que el nivel de actividad
Dentro del Gobierno conviven dos programas económicos: el firmado con el Fondo, y el que trata de compensar los resultados de dicho programa
En su discurso del viernes pasado, la Vicepresidenta insistió con su diagnóstico de los problemas económicos, y con su “solución”
La reducción del déficit fiscal, una emisión monetaria menos expansiva y la llamada política de ingresos, no están operando como preveía el programa con el Fondo
En el actual contexto político y macroeconómico, pensar en una baja de los precios parece una fantasía propia del realismo mágico latinoamericano
“Esto se va a poner feo”, dijo recientemente el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. Mientras, la feroz interna del Frente de Todos conspira contra las posibilidades de estabilizar la tasa de inflación
Acelerar la devaluación, subir tarifas, incrementar la tasa de interés en un contexto con semejante desorden macroeconómico resulta, como mínimo, arriesgado
Un análisis de los criterios de triunfo sobre los que se basa el nuevo pacto, que ha quedado reducido —hasta ahora— a un mecanismo para evitar que el Fondo nos mande al Veraz internacional
El acuerdo es, por definición, inflacionario. Desancla el tipo de cambio y las tarifas, y no limita drásticamente la emisión de pesos
El modestísimo programa que negoció Guzmán fue diseñado como si la invasión de Rusia a Ucrania no hubiera cambiado los precios relativos. ¿Qué haremos si esta situación internacional se prolonga?
La negociación con el FMI aleja el desastre, pero sólo transitoriamente, dado el riesgo latente de aceleración de la tasa de inflación