Carlos Berro Madero
Los últimos días de la vicepresidente derrotada en la justicia y en las urnas, exhiben a una Cristina Fernández que pone de manifiesto su falta de tino para distinguir la diferencia que existe entre una actriz de telenovelas cursi y alguien que pretende erigirse en la “magister dixit” del movimiento que encabezó con su marido por más de dos décadas.
“Hay ciertos entendimientos que suelen distinguirse por una insufrible locuacidad, efecto de la rapidez de percepción y apenas juzgan nada con acierto; y si alguna vez entran en el buen camino, bien pronto se apartan de él arrastrados por sus propios discursos”
-Jaime Balmes
Confesamos nuestra sorpresa y regocijo por el triunfo de los principios sostenidos por John Stuart Mill, uno de los padres de la filosofía que describió el valor de ser libres en el seno de una sociedad.
Nuestra sociedad vive inundada por descripciones de lo que nos ocurre según la visión de quienes no se detienen a analizar mayormente las razones profundas que nos han traído hasta donde estamos. Todo suele ser, para ellos, “aquí y ahora”.
El filósofo y matemático alemán Gottfried Leibniz en su obra “Nuevos Ensayos Sobre el Entendimiento Humano” (1700), sostenía que los males del presente suelen originarse en cuestiones matemáticas muchas veces inexploradas del pasado histórico.
El 19 de noviembre próximo se pone en juego el título de estas breves reflexiones, y según sea la decisión que la sociedad adopte al respecto, podríamos asistir al triunfo de Sergio Massa sobre Javier Milei. Es decir, la confirmación de que sufrimos el síndrome de Estocolmo y nos simpatizan como siempre nuestros carceleros.
Nuestra sociedad –nos guste poco o nada-, suele expulsar de sus códigos de conducta todo lo que signifique esfuerzo y reconocimiento al mérito, acompañándolo con un deseo irrefrenable para que las cosas, si deben cambiar, ocurran exclusivamente en orden a ciertos beneficios personales excluyentes.
Las numerosas crisis sufridas durante más de 60 años –especialmente en los últimos 20-, nos han obligado a atar y desatar nuestros lazos con la realidad con mayor rapidez, alterando gravemente nuestro ritmo de vida.
Las pasiones suelen incidir decisivamente sobre el entendimiento, sobre todo en su relación con la verdad, impidiendo que la misma se transforme en un alimento que sostenga el sentido común.
Estamos convencidos que la sociedad en general comienza a comprender que 80 o más años de vivir arrastrándonos entre la incertidumbre y los fracasos, deben movernos a cambiar el rumbo de nuestras políticas erráticas sin dilación alguna.
Nuestra sociedad, despavorida ante lo que ocurre, se repite a sí misma espantada que vivimos los albores de un desastre total, cuyo resplandor comienza a aportar nuestro sentido común al comprobar que la fiesta ha terminado.
Cuando se repasan los acontecimientos políticos de los últimos años, se llega a la conclusión que el movimiento peronista, bajo sus distintas vertientes, nos tuvo amarrados a líderes cuasi mesiánicos que hicieron cualquier cosa que conviniera a sus propósitos de dominación y enriquecimiento personal.
Las noticias y los textos que acompañan las imágenes divulgadas por los líderes supuestamente más exitosos desde el punto de vista de sus chances electorales se asemejan bastante a algunos vientos huracanados que se llevan todo a su paso.
Los tres candidatos que encabezan las preferencias populares para octubre próximo se presentan como “regeneradores sociales” asegurando que saben cómo ejecutar cambios revolucionarios de tipo profiláctico.
“Embebido en la idea que le halaga, se expresa con facilidad y rapidez, gesticula con viveza, su mirada es sumamente expresiva, su fisonomía juvenil diríase que le ha vuelto a sus veinticinco abriles, si algunas canas no revelasen traidoramente los trofeos de los años”
-Jaime Balmes
Dice Jaime Balmes que no todas las cosas de este mundo se han de mirar del mismo modo, sino de la manera en que cada una de ellas se vea más claramente.
Las creencias que yacen en el seno del kirchnerismo son algo así como “tecnologías de salvación como se pueda”. Una suerte de truco cuasi mitológico montado por quienes tratan de entronizar falsas verdades para distraernos de los problemas que nos han causado con su fanatismo e ineficiencia, mientras luchan por un reformismo sin sustento académico alguno.
“El noventa y nueve por ciento de los fracasos provienen de gente que tiene el hábito de poner excusas”
- George Washington Carver, científico estadounidense
Muchos políticos que irrumpen en el escenario social suelen vivir sus epifanías rodeados por el incienso de seguidores muy fanatizados que confirman su ascenso en la consideración popular, hasta que llega un instante en que, por motivos generalmente imputables a sus fallas conceptuales, dicha atmósfera devota se desvanece, dejándolos presos de su propia inconsistencia.
Existen muestras crecientes que indican que las relaciones del hombre con la organización están cambiando a gran velocidad e impiden que ésta capte su voluntad en forma permanente y sostenida.
El país parece estar viviendo en una sala de baile, donde resuena la misma música cacofónica que viene repitiendo sus compases desde hace más de setenta años.
La mayoría de quienes abrazan la carrera política suelen establecer relaciones de interés con aquellos que desean atraer a su feligresía, limitando las mismas a sus fines personales.
Lo que más choca de la cultura peronista es que vea en la nación un medio para llegar al poder con el fin de construir un estado “nacional y popular” poblado por intérpretes de una doctrina autoritaria y excluyente.
“Todas las crisis suelen ser temporarias. Pueden durar un minuto, una hora, un día, un año; pero eventualmente serán reemplazadas por otras que tomarán su lugar. Si nos abandonamos a ellas, terminan durando para siempre”
- Lance Armstrong (campeón mundial de ciclismo)
Una imposibilidad ordinaria es aquella que nos hace saber que, atendiendo al curso regular de las cosas, un hecho analizado acontece muy rara vez o nunca.
Encabezamos estas reflexiones con una frase del escritor, profesor y periodista catalán Ricardo José Vicente Monner Sans (padre), que nos parece un buen símbolo para resumir el largo y nefasto “reinado” político de Cristina Fernández, quien nos ha mantenido pendientes de sus devaneos y decisiones caprichosas durante más tiempo de lo que merecía su banalidad “exquisita”.
El ilustre pensador, geógrafo e historiador alemán Alexander von Humboldt decía: “para que lo humano se enriquezca, se consolide y se perfeccione, es necesario que existan VARIEDAD DE SITUACIONES”.
Parece que durante la semana pasada, Cristina no alcanzó a “hacerse los rulos” a tiempo mientras pergeñaba una de sus acostumbradas improvisaciones, con el fin de dictar una supuesta “clase magistral” en el Teatro Argentino de La Plata el día jueves.
A pocas horas de haber ocurrido una nueva corrida cambiaria que nos puso nuevamente contra una pared, hemos quedado sujetos al resultado inevitable de las apuestas inciertas de sus funcionarios y ha estallado un nuevo fogonazo que aturde los oídos, provocando gritos destemplados de quienes “no funcionan” (como dice su idolatrada Cristina).
Repasando a algunos autores clásicos del pensamiento occidental -entre otros Ortega y Gasset, confeso liberal-, encontramos una frase del ilustre madrileño que le cabe como anillo al dedo a Javier Milei, la nueva “vedette” del escenario político nacional.
“Cuando se produce la quiebra de toda razón, la locura pierde el pudor y aparece el mal absoluto”
-Víctor Massuh
El kirchnerismo solo expresa la férrea voluntad de preservación de sus “especies autóctonas” -hoy amenazadas-, para afirmar una ideología que pueda recomponer su razón de ser.
Ni la misericordia puede librarnos de la locura de un gobierno que no gobierna y se parece cada día más a un mago sin oficio con una galera en la mano, de la que trata de sacar…lo que salga.
La sociedad universal es el resultado de un misterio genético de origen -del que existen hoy diversas interpretaciones-, que ha producido “pasta humana” en abundancia colosal por la atracción de los sexos.
Las tramposas deliberaciones del kirchnerismo han quedado paralizadas ante los nuevos números estadísticos de la economía en cuanto a inflación, tratando de diluir su responsabilidad, a como dé lugar, sobre las consecuencias que ello dejará inevitablemente a partir de los próximos días: la aparición de un “sálvese quien pueda” in crescendo.
Usted conoce esta leyenda seguramente, porque se la ha aludido siempre en la bibliografía psicoanalítica.
Cuando se promueven acciones políticas que solo reflejan el tenor de ciertas emociones personales, aquellas permanecen dentro del ámbito estrecho de la voluntad de disponerlas, sin posibilidad alguna de ser trasladadas con éxito a la realidad.
Resulta asombroso comprobar cuán rápidamente ha cundido entre los políticos el sentido de “autopercepción” de sí mismos y de la realidad, que encabezan el ranking de justificaciones con las que ornamentan sus desvaríos.
Solo comprendiendo la ansiedad por aumentar su propia influencia y poder sobre la población en general, puede entenderse que la mayoría de los políticos “K” sigan propiciando el providencialismo como teoría económica insuperable.
La renombrada Escuela de Viena de 1930, (Carl Menger, Eugen von Böhm- Bawerk, Friedrich von Wieser) demostró que un régimen de tipo “socialista” carente de precios libres, no puede calcular racionalmente los costos, tornando imposible distribuir eficazmente los factores de producción disponibles para destinarlos a los cometidos de mayor interés.
Los cangrejos tienen algunas características bastante peculiares:
Si la mayoría de los argentinos tuviéramos en claro que no debe aspirarse a nada que no corresponda obtener por impericia o falta de preparación, nuestro país cambiaría radicalmente, terminando con las aventuras políticas de quienes se sienten poseídos de cualidades excepcionales y terminan contribuyendo a edificar fracasos resonantes.
¿Salvarse temporalmente excluye la posibilidad de condenarse? No lo creemos. Al menos en lo que atañe a la política.
“Todo lo que -de cerca o de lejos-, puede afectar a la esfera ideológica, es objeto de la censura y la mentira”
-Jean Revel
Jean Revel sostiene que hay ideologías que se construyen bajo una triple auto dispensa: Intelectual, práctica y moral. De esta manera, agrega, sus cultores se aferran solamente a los hechos que les son favorables, para impedir que alguien pueda refutarlos.
Escribir algo original y “sustantivo” sobre el triunfo del equipo argentino en el Mundial de Qatar 2022 no es tarea fácil, porque se mezclan los inevitables sentimientos patrióticos con la razón pura, en momentos en que una nueva crisis nos azota a todos los ciudadanos por igual.
Frente a las desventuras provocadas por sus graves errores conceptuales, el cristinismo creyó que la solución a los problemas que no conseguía resolver por su propia ineficiencia consistía en apostar a “más Estado”, para lograr resultados políticos sin esfuerzo, duda, ni riesgo, como si fuese posible hacer funcionar una portentosa máquina electrónica automática.
Eugene Ionesco decía que “el hombre universal y moderno es el hombre precipitado, un hombre que no tiene tiempo, que es prisionero de la necesidad, que no puede entender que una cosa podría quizá no tener utilidad, ni comprende que, en el fondo, lo útil es lo que quizá sea una carga inútil y abrumadora”.
Los noruegos llaman “tiempo de oscuridad” a las épocas en que el sol permanece por debajo del horizonte por períodos bastante prolongados, en los que la temperatura desciende lentamente congelando a sus pobladores.
“La adversidad, no hace frágiles a las personas. Solo indica qué clase de personas son”
- Thomas Kempis