La razón que justifica la grieta, la injusticia en general y la social, en particular, además de otras maldades que se abaten sobre el país, se deben a que un grupo de monstruos goriloides, odian la algarabía peronista… Así de simple. Los libros, artículos, debates y ensayos escritos por periodistas, politólogos, sociólogos y filósofos sobre la intrincada decadencia argentina se pueden resumir en la frase de esta dama de blanco (cada vez que sale a hablar de temas en dónde se pone en duda su honestidad, la señora se viste de blanco), un argumento aplaudido por una multitud que justifica su inocencia.
Quizás la señora, que ha pasado últimamente situaciones estresantes escuchando alegatos sobre la causa de vialidad, no recuerde algunas de las frases del general, dichas en medio de una algarabía generalizada.
Vale empezar con el “cinco por uno”, que después fue repetido hasta el cansancio por los "mocosos imberbes” quienes en un acto de jovialidad peronista sembraron el país de muertos, secuestros y atentados. Como corolario a tanta alegría, el ingenio popular agrego el “cinco por uno, no va a quedar ninguno”. Quizás no sea exacto desde el punto de vista matemático, pero, como sigamos por este camino, el estribillo puede convertirse en realidad.
“La consigna para todos los peronistas, este aislado o dentro de una organización, es contestar con una acción violenta”, fue otra frase jovial que el general repetía a menudo, reforzada por otro concepto: “Al amigo todo, al enemigo ni justicia” –un paradigma de equidad republicana–.
Siguiendo con la confraternidad justicialista, debemos recordar el “para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista”, una consigna de apertura mental que, lamentablemente, no siempre respetaron porque en varias oportunidades tal afinidad terminó a los tiros como, para recordar un ejemplo, en los bosques de Ezeiza o en el accionar de la no siempre recordada AAA.
La esposa del general estaba imbuida del mismo espíritu jocoso ya que instaba a “Responder a la violencia con violencia” dentro del contexto multiplicador del 5x1.
Las incitaciones a la algarabía justicialista se sucedieron. “Levantaremos horcas en todo el país para colgar a los opositores”. “Entregaré unos metros de piola a cada descamisado y veremos quién cuelga a quién”. Después creyó que era más efectivo el alambre de enfardar, como lo explicitó el 31de agosto de 1951.
“Leña… leña… Eso de la leña que ustedes aconsejan ¿por qué no empiezan ustedes a darla?” … Eso lo dijo el 16 de abril de 1953, después del incendio de la Casa del Pueblo, la sede del Partido Demócrata Nacional y el Jockey Club.
La señora de blanco se queja del accionar de la policía metropolitana por no dejar expresar la alegría peronista. Vale recordar que el 15 de mayo de 1953, Perón sostuvo “A unos se los conduce con la persecución y el ejemplo, a otros con la policía”.
La prédica del general continuó desde el exterior promoviendo la alegre resistencia y la no tan divertida subversión con frases como “La violencia de arriba genera la violencia de abajo” o “si yo tuviera 50 años menos, no sería incomprensible que anduviese ahora colocando bombas o tomando la justicia por mano propia”, una alegre invitación a la que no pocos se resistieron.
Ah ...y ya que estamos recordando algunas frases del general que, al parecer la señora de blanco tenía algo olvidadas, evocamos aquella que decía: “Argentina es un país riquísimo que hasta ahora ha sido saqueado por propios y extraño”. En su caso, señora, ha sido por los “propios".
Omar López Mato