Desde el kirchnerismo la mesa judicial de Mauricio Macri se transformó en el caballito de batalla preferido que incluso motivó la fuga de “Pepin” Rodríguez Simón a Uruguay. Paradójicamente, Cristina Fernández de Kirchner también tiene su mesa de abogados/funcionarios que va más allá del equipo de defensores que contrató para que se encarguen en tribunales de sus causas.
Según fuentes confiables, el hermético entorno de la vicepresidenta lo conforman Máximo Kirchner, Axel Kicillof, Mayra Mendoza, Andrés “El Cuervo” Larroque y Eduardo Wado De Pedro. Precisamente el ministro del Interior forma parte además de la “mesa judicial” de la vice donde participan el primo de Wado, Gerónimo Ustarroz, y Juan Martín Mena. Los tres funcionarios son los asesores personales de Cristina Kirchner desde hace tiempo y gozan de su absoluta confianza.
No sorprende la cercanía de Wado a la expresidenta, ni tampoco la de Ustarroz, primo del ministro y hermano de Juan, el intendente de Mercedes, la meca de La Cámpora, donde últimamente Cristina pasa varios días en el campo de Wado. Ustarroz es el representa del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, un cargo estratégico solo para elegidos de la doctora.
Ustarroz en 2012 fue director de administración en el Ministerio de Justicia, en 2014 fue asesor de su primo en el Consejo y al año siguiente lo acompañó a la Secretaría General de la Presidencia con Cristina Kirchner. También fue jefe de Gabinete de su hermano intendente y en 2017 fue candidato a concejal de “Unidad Ciudadana” en Mercedes. En 2018 volvió a acompañar en el Consejo al hoy ministro del Interior.
Pero la figura más ascendente que no viene del “palo camporista” es el viceministro de Justicia, Mena, quien supo construir en los últimos años una estrecha relación de confianza con la vicepresidenta. Se trata de un abogado de origen marplatense que se especializó en la UBA en derecho penal hasta transformarse en un discípulo cercano del polémico Eugenio Zaffaroni, el jurista idolatrado hasta el fanatismo por los K.
Obviamente ese fue un pasaporte ideal para crecer dentro del kirchnerismo. Además, Mena tiene acceso directo a Mercedes pese a ser de Mar del Plata. Está casado con Josefina Kelly, nacida en la ciudad de los Ustarroz y los De Pedro. Su esposa fue secretaria de Seguridad del municipio y luego fue electo concejal en 2019, cargo al que renunció para desembarcar en la Secretaría de Políticas contra la Violencia por razones de Género en el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, a cargo de Elizabeth Gómez Alcorta.
Casualmente, la ministra Gómez Alcorta entre 2016 y hasta 2019 fue socia en un estudio jurídico de Mena y el abogado experto en medios de comunicación Damián Loretti. Esos vínculos los fue consolidando en la anterior etapa kirchnerista cuando llegó al Ministerio de Justicia en 2004 y fue escalando posiciones hasta 2014, cuando la expresidenta decidió nombrarlo como señor 8 en la AFI, cargo que significa en la jerga de inteligencia el número dos. Acompañó en esa gestión a Oscar Parrilli.
“Su paso por el mundo de la inteligencia le dio contactos esenciales para convertirse en un verdadero operador judicial, tiene relaciones en el Poder Judicial, sobre todo en Comodoro Py, y buena agenda ente agentes orgánicos e inorgánicos de la SIDE”, comenta a MDZ una fuente del “subsuelo de la democracia” como dijo Alberto Fernández en su discurso de asunción. Pero el marplatense parece que no siguió esa recomendación imperativa. Claro, es viceministro de Justicia, pero responde exclusivamente a Cristina. Además, es el verdadero jefe de esa cartera, más allá del paso de Marcela Losardo y la actual gestión de Martín Soria.
“Nunca dejó de abandonar sus vínculos con la inteligencia sobre todo durante la gestión de Graciela Caamaño y ahora con Agustín Rossi, parece un funcionario más de la AFI”, comentan voceros de esa área.
“Es el que más sabe de derecho penal en el entorno de la jefa, está bien informado y desde el inicio del Gobierno viene haciendo lobby en las causas judiciales de ella”, agrega un funcionario de la Casa Rosada.
Luego del intento de atentado a la vicepresidenta tuvo mucho protagonismo y estuvo en el departamento desde el primer momento. Una figura en ascenso en el ecosistema K. Pese a que hasta ahora no ha logrado los objetivos trazados por su jefa. Le echaron la culpa a Losardo y Soria, aunque en verdad Mena siempre fue el encargado de esos menesteres.
Quizás no puede cerrarle las causas a CFK por haber “jubilado” a Jaime Stiuso cuando estuvo en la AFI y haber destruido el sistema de lobby que tenía armado en Comodoro Py el exhombre fuerte de inteligencia. Todo por frenar la investigación del fiscal Alberto Nisman.
Sin darse cuenta, rompieron el mecanismo que tanto había cuidado Néstor Kirchner en el arranque de su gestión y se quedaron sin capacidad de operación sobre la Justicia Federal, además se pusieron en contra a esa corporación que siempre supo tener poder y ahora está autónoma.
Alberto “Beto” Valdez