Carlos Berro Madero

 

Existe hoy día una puja manifiesta entre las aspiraciones de políticos y votantes en las elecciones, que lleva a que nos preguntemos si es factible que una sociedad funcione correctamente y logre adoptar las medidas que contribuyan al progreso y el bienestar general.

 

 

Hace mucho rato que las encuestas de opinión pública vienen sufriendo la erosión que les produce el impacto mediático de las redes sociales.

 

 

“Todas las cosas grandes, para inscribirse en el corazón de la humanidad con sus exigencias eternas, tienen que vagar antes sobre la tierra cual monstruosas y tremebundas figuras grotescas”
-Friedrich Nietzsche

 

 

Quien se disponga a formarse un juicio de valor sobre la realidad de lo ocurrido en el pasado histórico, debería dejar de dar rienda suelta a su voluntad caprichosa de ver todo lo que NO HAY en él y concentrarse en LO QUE HAY, sugiere Jaime Balmes como regla general.

 

 

Cuando vemos por televisión las largas caravanas de desesperados venezolanos (también cubanos y nicaragüenses), que huyen de su país porque no tienen comida ni medicinas, nos asaltan dos pensamientos: a) ¡cuánta injusticia hay en las falsas revoluciones “progresistas” que terminan casi siempre en dictaduras! y b) ¡cómo está creciendo en el mundo la virtual “expulsión” de individuos “itinerantes” que terminan viviendo en la marginalidad como ciudadanos de “no lugares”!

 

 

Sin Vittorio Gassman y capitaneados por Cristina Fernández y otros oportunistas, avanzan alineados y en harapos algunos desesperados bandoleros mal armados que, como en la inolvidable película de Mario Monicelli, pretenden recobrar un feudo que entienden les pertenece: el gobierno de la República Argentina.

 

 

Una característica de los narcisistas es su extrema vanidad; tanto, que cuando se los minusvalora, responden siempre irritados y con una fuerte dosis de agresividad. Estas características han sido una constante en la vida política y social de nuestra autóctona “abogada exitosa” (Cristina dixit).

 

 

Hace pocas horas, Cristina Fernández rompió el silencio que se había autoimpuesto ante la “quebradura” de López (“Josecito” para los íntimos), que aceptó ampliar su declaración personal y darle una mano de “asfalto” adicional a los Kirchner, al igual que Uberti.

 

 

No hay duda alguna que los últimos acontecimientos políticos nos están sumergiendo de a poco en una cultura extraña, un lugar donde decir SÍ puede significar NO, donde todo se regatea y el miedo puede resultar una forma de alivio.

 

 

Saber qué tipo de sociedad se desea, implica ponerse de acuerdo sobre qué límites morales de tolerancia pública están dispuestos a sostener los individuos que la componen.

 

 

Cuando un país necesita salir adelante produciendo una mayor cantidad de bienes y servicios que abastezcan sus necesidades esenciales, debería apelar a la racionalidad y no a la búsqueda cuasi romántica de una “identidad cultural”; entelequia muy en boga en estos días, que ha sumergido a nuestra sociedad en vagas disquisiciones sobre lo que supuestamente “se debe” o “no se debe ser” para lograr lo antedicho.

 

 

El gran filósofo catalán Jaime Balmes, escribió en su tiempo sobre las “imposibilidades”, clasificando las mismas en: a) absolutas o metafísicas b) naturales; c) morales u ordinarias y d) de sentido común.

 

 

“Ya no existen los tiempos en que uno podía detenerse a pensar en lo que no hay, sino en decidir qué va a hacer con lo que tiene a su disposición”
-Ernest Hermingway

 

 

El primer asunto a tener en cuenta por parte de los políticos que se someten al escrutinio del voto y son elegidos, es aceptar que sus mandatos debieran ser considerados SIEMPRE como parte de una “sucesión de transiciones”.

 

 

Ante las turbulencias ocurridas durante las últimas semanas, hemos vuelto a recordar episodios de nuestra historia política, como así también algunas reflexiones “académicas” universales, que analizan la mente de un individuo y su comportamiento frente a escenarios de esta naturaleza.

 

 

Muchos sindicalistas vanidosos están tratando de explicar de un modo capcioso los asuntos concernientes a un Estado destruido –que ellos mismos contribuyeron siempre a “petardear”-, a fin de acomodarlos a sus conveniencias personales.

 

 

El filósofo prusiano Arthur Schopenhauer llamaba “imbéciles execrables” (sic) a aquellos individuos que no tienen nada de qué enorgullecerse y se refugian “en la vanagloria de una nación a la que pertenecen por casualidad, dispuestos a defenderse con todos los defectos y las tonterías propias de la misma”.

 

 

“Sé que Dios no me dará nada que no pueda manejar; solo deseo que no confíe demasiado en mí para que ello ocurra”
-Teresa de Calcuta

 

 

“Percibimos cosas, tomamos conciencia de ellas y las ponemos en el centro de nuestra atención para convertirlas finalmente en objetivos de nuestra acción intencionada, SOLO CUANDO ALGO VA MAL; CUANDO FALLAN Y SE COMPORTAN DE UNA FORMA EXTRAÑA A LA QUE NO ESTAMOS HABITUADOS” –Martin Heidegger

 

 

Si hay algo que ha desatado Cambiemos con su “gradualismo” poco académico, es la restitución de la imagen pública de un peronismo experto pescador en río revuelto, que ha reinstalado sus conocidas ambigüedades con las cuales pretende arrimarse nuevamente a la luz, no para ver mejor, SINO PARA BRILLAR MÁS.

 

 

“Quien compra lo superfluo, no tardará en verse obligado a vender lo necesario” -Séneca

 

 

“La inteligencia es el arte de salir de situaciones difíciles”  
-Henri Bergson

 

“Antes de la hora, no es todavía la hora; después de la hora, ya no es más la hora: la hora, es la hora” -Antiguo proverbio francés

 

 

“Una mentira es como una bola de nieve: cuanto más rueda, más grande se vuelve”
- Martín Lutero

 

 

“Ser libre es estar solo, desprenderse de todos y de todo, extrayendo así de uno mismo la luz de un futuro distante”
- Friedrich Nietzsche, en la voz de Zaratustra

 

 

La tolerancia es una disposición para convivir armoniosamente con personas de creencias opuestas a las nuestras y respetar formas de vida distintas.

 

 

“Un exceso se da en cuanto alguien aspira a que los demás adopten su código particular y comulguen con él” - Javier Marías

 

 

Cualquier virtud deja de serlo si no anda regida por la prudencia, por lo que para analizar la conducta de un individuo hay que conocer bien los rasgos de su carácter, moralidad, intereses personales y de qué manera pueden influir todos ellos en su determinación. Estas consideraciones deberían ser aplicadas para descifrar los enigmas de la justicia y los magistrados elegidos para hacerla cumplir.

 

 

Cuando oímos disputas entre keynesianos y liberales, peronistas y conservadores, desarrollistas y progresistas, y otras divisiones clásicas de la política y de la política económica, más nos convencemos que el verdadero problema de la sociedad hoy es la fractura de dos mundos casi aislados completamente entre sí: el de los ricos y los pobres.

 

 

Como dice Ortega y Gasset, la civilización es un artificio y requiere “artesanos”; es decir quienes la sostengan para no quedarse sin ella, evitando de tal modo que volvamos a la ley de la selva primitiva.

 

 

“Un verdadero zorro es el que no sólo llama verdes a las uvas que no puede alcanzar, sino también a las que alcanza y no quiere que los demás se las quiten” -Friedrich Nietzsche

 

 

Se ha denominado a nuestra era como el comienzo de una fase “líquida”, en la que hábitos y modelos de comportamiento tradicionales han comenzado a derretirse y resultan difíciles de ser “recolocados” apropiadamente en el lugar que se les tuvo asignado durante muchos años.

 

 

“En muchos sueños contemporáneos, la imagen del progreso parece haberse distanciado de la noción de MEJORAS COMPARTIDAS, para empezar a significar SUPERVIVENCIA INDIVIDUAL”  - Sygmunt Bauman

 

 

“Debido al hecho que en la mayor parte del mundo la información está prohibida, o fuertemente censurada, o perseguida, o inaccesible, peligrosa de recoger y transmitir, se hace a nuestros ojos tan preciosa y tan intangible que llegamos a suponerla exenta de todo defecto y al abrigo de todo error en los raros países donde reina la libertad” -Jean Revel

 

 

El populismo argentino ha fomentado siempre nuestros peores rasgos naturales, estableciendo una contagiosa polémica permanente y consiguiendo al fin que muy  pocos ciudadanos se terminen identificando con las limitaciones del Estado, al no examinar detenidamente ciertos “papeles” del pasado, que permitirían desechar de cuajo lo que resulta verdaderamente inútil a través de su misma probanza.

 

 

La tesis de un escenario inaccesible a corto plazo está siendo profetizada por un peronismo variopinto que siente el aliento en la nuca de algunos jueces que parecen haber decidido destapar las ollas putrefactas donde cocinaron siempre su “comida ideológica” indigerible.

 

 

“La mayor de todas las debilidades humanas consiste en el temor de aparecer ante los demás como una persona débil” - Jacques Benigne Bossuet

 

 

¿Con cuánta rapidez deberíamos romper el peligro latente de informaciones que hoy suelen ser denominadas “de actualidad”?

 

Nadie parece prestar demasiada atención a los extraordinarios medios tecnológicos que dispone hoy día un narrador, para referir los pormenores históricos de una época, por lo que se ha popularizado la mala costumbre de dar testimonio de la misma mediante distorsiones y falsedades.

 

Si las palabras de Cristina Fernández fueran un fluido que tuviese que pasar -como las aguas servidas-, por conductos específicos para su evacuación, éstos  necesitarían tener un diámetro inexistente en el mercado que los provee, lo que provocaría un taponamiento trágico en las cámaras sépticas de “amortiguación”.

 

Sería muy saludable que aquellos políticos que mienten como “rutina del alma” empujándonos hacia un estado de patética irrelevancia, comprendiesen –por una cuestión moral-, que solo puede consolidarse el progreso de una sociedad a través de métodos que permitan apoyarse en la verdad.

 

Los debates y luchas campales de algunos revoltosos incorregibles –dentro y fuera del Congreso Nacional-, han puesto en evidencia en estos días aciagos que debe haber algo más detrás de un esfuerzo que se “huele” como cuasi mafioso para entorpecer al gobierno, haciendo sospechar que detrás de ellos debe haber quienes no se resignan quizá a perder un capital político que se les está escurriendo entre los dedos (¿acaso Massa y Cristina?).

 

A la desconcertante “pacifista” del “interbloque de Cambiemos” (como le gusta denominarse), Lilita Carrió, le dedicamos algunas reflexiones que estamos seguros entenderá muy bien, si nos lee detenidamente por supuesto: “Si Ud. quiere aprovecharse de las ventajas de la civilización, pero no se preocupa de sostener la civilización…, se ha fastidiado Ud. En un dos por tres se queda sin civilización. ¡Un descuido, y cuando mira en derredor todo se ha volatilizado! Como si hubiesen recogido unos tapices que tapaban la pura Naturaleza, reaparece prístina la selva primitiva. La selva es siempre primitiva. Y viceversa. Todo lo primitivo es selva” (José Ortega y Gasset).

 

Si la ex Presidente Cristina Fernández cree que los “pormenores” de la denuncia de Nisman contra ella y varios de sus lugartenientes carecen de fundamento, no debería tratar de echar humo con su palabrerío habitual sobre algunas conclusiones del dictamen del juez Bonadío que mueven a la reflexión.

 

Ver el juramento a su cargo de algunos legisladores procesados o investigados seriamente por la justicia, nos lleva a pensar que el Congreso quizá esté sirviendo solo como órgano de resonancia de sus fechorías ¿promoviendo un arrepentimiento tardío de aquellos que propiciaron su llegada mediante el voto?

Dice Fernando Savater que “quien consigue arrebatar tiempo a la muerte, la aplaza PERO NO LA DERROTA. Sigue amenazado por ella, tanto si le queda una hora de vida como un siglo, o un milenio, porque los mortales siempre están a punto de morir”.

 

 “¿Cuántas patas tendría un perro si consideraras su cola como una pata? Solamente cuatro. Porque creer que la cola es una de ellas no la convierte en pata” -Abraham Lincoln

 

Ante un nuevo intento gubernamental para definir el tamaño y las funciones del Estado, sería interesante repasar algunos conceptos que fueron tenidos en cuenta  por una gran mayoría de los países desarrollados a través del tiempo.

 

Hay siempre presente en todo orgullo humano una cierta malicia, por nacer de un fuerte sentimiento de superioridad e independencia, que incita a quienes lo padecen a ejercitar una suerte de violencia.

 

Hay una frase del humanista y filósofo holandés Desiderio Erasmo de Rotterdam, que puede aplicarse muy bien a la fe inquebrantable que ha demostrado el gobierno de Cambiemos en sus propias fuerzas: “si te quedas pensando acerca de lo que querrías hacer, o qué desearías que ocurra, y mientras tanto no haces nada, NADA SUCEDERÁ”.

 

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