“Alberto eligió la rebeldía para el final de su mandato, ahora empieza a hacer o decir cosas contra el cristinismo, que antes ni se animaba o te sacaba volando con esas ideas”, confiesa a MDZ un vocero de la Casa Rosada. No está dispuesto a ceder en las estrategias políticas que le quiere imponer Cristina Fernández de Kirchner y sabe que, por lo menos, conserva la capacidad de daño hasta el final de su mandato.
Cristina y Máximo vienen acumulando su bronca con el presidente, pero ahora ya no pueden disimular que fue un error, según admitió el jefe de La Cámpora, que ahora aparezca decidido a trabar la suspensión de las PASO y encima se niega a bajarse de una probable reelección. “Alberto está encaprichado y no quiere terminar como el presidente del doble comando, se siente incómodo con la alianza de Cristina con Sergio Massa”, lo justifican en su entorno.
En ese ecosistema creen que el jefe de Estado quiere las primarias no solo para sacarle la lapicera a la vicepresidenta, sino también para influir en el proceso de selección de candidatos. Algunos especulan con un renunciamiento a favor de Massa. Pero los albertistas aseguran que si su jefe finalmente no juega quiere mantener el misterio hasta después del verano y luego podría respaldar a su propio candidato: Daniel Scioli.
En el área presidencial consideran que el embajador en Brasil puede ser el candidato más competitivo del Frente de Todos contra los eventuales postulantes que impulse la vicepresidenta. “Daniel podría ser el heredero del presidente con su moderación y un discurso lejano al kirchnerismo que se radicaliza”, sostiene otra fuente. Consideran que podría generar entusiasmo entre los gobernadores y sindicalistas del peronismo. “Hay que saber manejar los tiempos, Alberto no debe bajarse hasta que esté en condiciones de elegir a su candidato”, agrega.
La cuestión es que Cristina y Máximo ya pusieron toda la artillería para presionarlo a fondo. No van a parar hasta que dé un paso al costado y anuncie oficialmente que no aspira a un nuevo mandato. En el cristinismo sostienen que van a redoblar la apuesta y el plazo vence el 17 de noviembre.
En esta oportunidad Cristina encabezará un acto multitudinario para quebrar la rebelión presidencial. Si no logra su cometido estará en problemas porque Alberto pone en evidencia debilidad política para que un presidente debilitado de un paso al costado.
Alberto “Beto” Valdez