Luego de un cierre de listas muy agitado, quedó conformado el escenario electoral de la madre de todas las batallas en la provincia de Buenos Aires entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. La interna feroz en Juntos por el Cambio atraviesa todo el territorio bonaerense con heridas en el camino y se exhibe una alineación de intendentes, con 36 para la exministra de Seguridad, 19 para Larreta y 2 neutrales que van a poder llevar las dos boletas presidenciales.
Los dos privilegiados son Soledad Martínez, la heredera de Jorge Macri en Vicente López, y Guillermo Montenegro, de General Pueyrredón. Estos distritos acumulan más de 800.000 electores que pueden llegar a ser decisivos en una elección que pinta muy pareja. Ambos intendentes van a ganar con gran comodidad y, según fuentes confiables, pronostican un triunfo de Bullrich en esos territorios.
Evidentemente, la candidata presidencial logró acumular muchos más jefes comunales que su rival, sobre todo por la incorporación del jefe del radicalismo, Maximiliano Abad. Sin embargo, el jefe de Gobierno porteño termina con menos alcaldes pero con un poco más de peso demográfico que la presidenta del PRO. Concretamente, la relación de fuerzas quedó de la siguiente manera: las intendencias alineadas con Larreta suman 1.936.561 electores y las que se alinearon con Bullrich juntan 1.750.981.
Pese a haber juntado menos alcaldes que la exministra de Seguridad, el mandatario capitalino suma más en el padrón por tener el apoyo de municipios de peso como la ciudad de La Plata, con 601.077 habilitados para votar; los 308.410 de Tres de Febrero y lo que aporta el distrito del compañero de fórmula de Diego Santilli, Gustavo Posse. El territorio de San Isidro tiene su peso con casi 300.000 votantes.
Mientras que Bullrich suma, de la mano de su candidato a gobernador, Néstor Grindetti, con 404.264 electores en pleno corazón de la Tercera Sección Electoral, una región bastante adversa para JxC. Joaquín De la Torre aporta desde San Miguel 252.387 y 256.717 de Bahía Blanca, luego del pase de Héctor Gay y la candidata a intendente, Nidia Moirano. El otro fichaje resonante fue la familia Passaglia de San Nicolás con 126.538.
Estos datos duros dejan en evidencia cómo fueron los cierres en cada uno de los campamentos. Es una fotografía desde la gatera. Es el inicio de la competencia más atractiva en territorio bonaerense y casi sin antecedentes donde se han mezclado transversalmente los espacios políticos que integran la principal coalición opositora. Pero, de la foto, hay que pasar a la película. En muchos casos aliarse con jefes comunales no garantiza el triunfo del candidato presidencial, por más estructura que tenga el municipio.
Esa es la razón por la cual Gay dejó las filas del larretismo y se alió con Bullrich. Los números muestran una ventaja amplia en Bahía Blanca y alrededores a favor de la presidenta del PRO en licencia. En otros distritos se registrará una competencia mucho más pareja, como en La Plata, donde el senador provincial Juan Pablo Allan enfrenta al intendente larretista Julio Garro; el bullrichista Ramón Lanús intentará terminar la hegemonía de los Posse en San Isidro y el radical Marcos Nicolini, con el aval de la exministra de Seguridad, buscará dar el batacazo y destronar al eterno Miguel Lungui en Tandil, que cerró con Larreta sobre el final.
Alberto “Beto” Valdez