En los equipos de campaña de los candidatos presidenciales, Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa, se percibe mucha incertidumbre respecto a cómo manejar la estrategia electoral para no quedar afuera del ballotaje. Quizás se respira menos stress en el entorno del diputado libertario porque dicen que debe ratificar lo que logró el domingo y crecer entre los que no fueron a votar.
Los que no participaron en las PASO se han transformado en el botín que desean los aspirantes a la sucesión de Alberto Fernández. Normalmente siempre vota más gente en las elecciones generales que en las primarias, más allá de una tendencia que se registra en los últimos años de mayor ausentismo. Según el encuestador Germán Esponda, el domingo 22 de octubre se sumarían 1.838. 469 votantes nuevos, tomando como referencia una probable participación del 75%. También empiezan a ser estratégicos aquellos que eligieron a candidatos que quedaron afuera al no alcanzar el piso necesario. Son casi un millón de votos.
Un dato adicional. En esta oportunidad, el voto en blanco fue más alta de lo habitual, rondado el 5%, lo que - según Esponda - suele bajar a un 2%. El domingo pasado fueron más de un millón y medio. Desde el equipo de campaña de Milei aseguran que la metodología que comprobaron de robo de boletas en el conurbano bonaerense, en Mendoza y Tucumán, les hizo perder muchos sufragios. “En algunas localidades tucumanas hubo robo a dos manos. Directamente no había más boletas, imposible reponer pese a la fiscalización que debemos mejorar”, admite a MDZ un vocero de La Libertad Avanza. Concretamente, creen que muchos de los votos en blanco eran de ellos, pero no encontraron la papeleta con la cara del economista.
También especulan con que los electores que se sumen en las elecciones generales van a tener un comportamiento en las urnas similar al que se vio en las PASO del domingo. “Nuestros votos están consolidados y vamos por más”, dicen los libertarios. Incluso no descartan que algunos de los que eligieron a Bullrich el domingo opten en octubre por LLA porque sólo querían castigar a Horacio Rodríguez Larreta en las PASO. “En nuestro electorado son muchos los que detestan la figura de Larreta y lo querían ver afuera de competencia, pero en las generales vuelven”, sostiene un operador del espacio violeta.
Mientras tanto, entre los colaboradores de Bullrich se debate hasta dónde debe mostrarse con Rodríguez Larreta para fidelizar sus votos del domingo. “Patricia es la nueva líder del espacio y no puede abusar de la figura de Horacio, porque si queremos sacarle votos a Milei ese no sería el camino más indicado”, plantea un vocero del PRO. Pero otros consideran que ella debe mostrarse en algunos lugares determinados con el jefe de Gobierno porteño para no perder a ninguno de sus votantes. La diferencia de criterios se basa en que a muchos de los electores de Larreta les costaría poner en la urna la boleta de la exministra de Seguridad.
“Esos votos van a venir con nosotros después de la interna y por miedo a Milei, le guste o no Patricia”, agrega un referente de JxC. También niegan que pueda registrarse una fuga de ese electorado hacia la candidatura de Massa como intenta instalar el economista libertario. “Vamos a crecer entre los votantes nuevos y podemos recuperar a muchos que el domingo lo votaron a Milei por bronca y ahora se asustaron”, precisa el mismo dirigente.
El objetivo del bullrichismo es consolidar la figura de la candidata oficial de la coalición sin el ruido que venía generando la interna con Larreta. “Ahora, lo que diga Patricia no va a ser operado en contra desde los medios por el larretismo, ella tiene la oportunidad de instalar que lidera el cambio posible y no un salto al vacío como Milei”, sostiene aún con cierto enojo un allegado a Bullrich.
Paralelamente, en el entorno de Massa plantean una estrategia para polarizar con Milei y minimizar a la postulante de JxC. “La oferta electoral de Bullrich y Milei nos va a permitir crecer sobre los votantes de Larreta y Schiaretti en Córdoba, los dos son un giro a la derecha irracional y Sergio va a representar la moderación”, asegura una fuente del equipo del ministro de Economía. “Queremos plantearle al sector del electorado más asustado que vamos a ser el versado freno a Milei porque no tenemos ninguna coincidencia”, rarifica con énfasis.
El dato interesante es que en el universo oficialista creen que van a ir al ballotaje con el libertario, mirada que también es compartida por el propio Milei. Quieren enfrentarse en noviembre porque, paradójicamente, ambos creen que tienen la victoria asegurada. Uno especula con imitar a Emmanuel Macron contra Marine Le Pen y el otro descarta que puede llegar a ser el sucesor de Fernández a través del votante de JxC que no simpatiza en lo más mínimo con Massa. Otra vez la moneda está en el aire hasta octubre y, probablemente, se postergue para noviembre. Incertidumbre a full.
Alberto “Beto” Valdez