Según Lavrov, «la cuestión principal es nuestra posición clara sobre el carácter inaceptable de que continúe la expansión de la OTAN hacia el este y del despliegue de armas que podrían amenazar el territorio ruso». No obstante, según sus palabras, «hay una reacción que permite esperar el inicio de una discusión seria sobre cuestiones secundarias».
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken explicó claramente el miércoles que la OTAN no renunciará a admitir nuevos miembros, según su política de «puertas abiertas», pero tendió la mano a Rusia en la línea de alcanzar un compromiso por la «vía diplomática» que permita normalizar las relaciones y acabar con las tensiones en torno a Ucrania.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha señalado ante la prensa que la respuesta escrita facilitada por Washington «no se puede decir que haya tomado en cuenta nuestros puntos de vista o que haya una voluntad de atender nuestras preocupaciones». Pero Peskov aseguró, no obstante, que Rusia «no se dará prisa y se tomará su tiempo, antes de responder, para analizar la respuesta recibida por escrito de Estados Unidos».