Jueves, 24 Diciembre 2020 13:38

Incertidumbre sobre incertidumbre - Por Luis Tonelli

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Si para algo se han creado los gobiernos, es para reducir la incertidumbre. En primer lugar, la llamada “incertidumbre hobesiana”, en donde la que está en juego es la vida misma dada la violencia de todos contra todos, cuando el “hombre se transforma en lobo del hombre”. Hoy, los gobiernos en el mundo intentan proporcionar certidumbres “contextuales”, bajo un contexto en donde todas nuestras certezas -incluso las científicas- se mostraron lábiles, pequeñas y frágiles frente al despliegue de la epidemia del COVID-19.

 

La ilusión de los “happy years” ha sufrido cuatro ataques fatales, desde que el sueño del “fin de la historia” de Francis Fukuyama fue formulado entre los escombros del muro de Berlín. La primera, fue el atentado a las Torres Gemelas, que generó una caída ya no esperanzadora, sino ominosa y llevó la línea de frontera de defensa de la democracia estadounidense a las arenas de Fallujah. La segunda, fue el desplome financiero global que se disparó con las quiebras de Lehmann Brothers y Bear Stearns en el 2008. La tercera, fue el ascenso de Donald Trump, que señaló el fin de la era dominada por “Chimérica”: ese círculo virtuoso de inversión-producción-consumo basado en la cooperación China- Estados Unidos.

Con la pandemia del COVID 19 estamos viviendo el cuarto y único ataque a la globalización que no se inició en los Estados Unidos, sino que tuvo su origen en China, aunque al poco tiempo se convirtió en un problema global del cual todavía no se tiene una solución clara. Epidemia que ha generado una verdadera crisis perfecta, impactando en todas las dimensiones de la vida global, social y personal y causando asi una situación de zozobra a nivel mundial. El comienzo de la vacunación en varios países ha despertado una esperanza de dejar atrás la pesadilla pandémica, aunque la inmunidad a nivel global puede llevar tiempo, y aparecer nuevas complicaciones.

Y en el medio entonces de estas incertidumbres globalizadas, el gobierno argentino, en vez de tratar de aminorarlas en algo, hace un esfuerzo titánico sorprendente para aumentarlas, como si llevara una estrategia de eliminar la incertidumbre por saturación de lo absurdo. Afirmaciones importantes que resultan desmentidas livianamente sin siquiera producir sonrojas en los funcionarios que se contradicen a si mismo, empezando por el campeón de la autodesmentida, el señor Presidente Alberto Fernández. Marchas, contra marchas y especialmente, una parálisis gubernativa en las que muchos Ministerios parecen haber tomado la cuarentena total de las actividades de sus dependencias como el único hito de su gestión en el 2020.

Pocos países en el mundo han salido airosos de la catástrofe del COVID 19 (y este seguramente es el hecho sumado a la Grieta donde cada uno defiende su postura, sin importar los resultados o siquiera la verdad, la que permite al gobierno seguir teniendo números sorprendentes en las encuestas de opinión pública.

Es que la pandemia ha destruido también los “instrumentos” de evaluación de las acciones gubernativas: se trata de una situación inédita.

Luis Tonelli

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