2022 también fue un año histórico en el que una vicepresidente en ejercicio fue condenada por un Tribunal Oral Federal a seis años de prisión, hecho que marca el fin de un hegemonismo que ha quebrado la cultura del trabajo y el esfuerzo en sus casi dos décadas.
2023 nos brindará la última oportunidad de comenzar un cambio estructural que nos trascienda en la vida y que deje sembrado el camino de futuro como lo hicieron los constituyentes de 1853/60 y las continuas presidencias que en setenta años marcaron el rumbo de la Argentina próspera.
Debemos prepararnos con dureza de espíritu para enfrentar cada día, hasta coronar en el acto eleccionario de agosto y octubre el fin de ocho décadas de fracasos y afianzar los postulados alberdianos en cada acto de nuestras vidas.
Que así sea.
Humberto Bonanata